Cruz Atrial: elemento histórico de Juanacatlán
El 10 de septiembre se conmemora el 326 aniversario de la colocación de la cruz atrial que representó la refundación del ahora, Juanacatlán por orden del Rey Felipe V en 1692
La historia de las grandes ciudades, de los pueblos o comunidades, siempre nace a partir de su creación. La fundación de una población no solo significa la constitución de un nuevo asentamiento de humanos, sino que, involucra una serie de factores culturales que en armonía conforman una nueva identidad.
Este 10 de septiembre se conmemoró el 326 aniversario de la colocación de la cruz atrial en el espacio que ocupó, el primitivo campo santo de Juanacatlán, frente a la actual Basílica Lateranense. Este hecho, ignorado por muchos, representa la re-fundación del pueblo por orden del Rey Felipe V en 1692.
Si bien, la primera constitución formal de la población había ocurrido poco más de 60 años antes, los documentos que acreditaban la primera fundación perecieron y fue necesario recabar por todos los medios legales la orden que asentaba a Juanacatlán como terruño de indios en un periodo posterior.
Es en la fecha ya mencionada, cuando el juez privativo, el Sr. Albino Villegas y Alcovedo y el escribano Real, Dn. Joseph Gallardo y Rionda llegaron a Juanacatlán y “al toque de campana” del recién edificado templo, dieron lectura de la cédula que anunciaba la fundación del poblado. La cruz que construyeron simbolizaría el centro de todo el territorio, y partiendo de ella hacia los cuatro puntos cardinales se mediría la extensión de la tierra que era ahora propiedad de él.
La cruz se encontraba en el lugar que ocupa la actual parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe, siendo retirada cuando los trabajos de construcción iniciaron. Fue resguardada hasta 1933, cuando la Directiva de Mejoras Materiales dio inicio con la edificación de un monumento en la que habría de reinstalarla. Dicho monumento fue inaugurado el 1 de octubre de ese mismo año, sobreviviendo hasta el día de hoy en el atrio de la Parroquia, a pocos pasos de su ubicación original.
Se trata de un pedestal cuadrangular a manera de pirámide, en cuyas cuatro caras se grabó de manera general la historia de la fundación y el apellido de los primeros pobladores de sangre peninsular que habitaron la zona, sin embargo, la falta de fuentes de información apropiadas hizo que los datos inscritos fueran erróneos. Culmina entre florones y ovas estilizadas una pequeña base en donde descansa la cruz a la que se le talló la equívoca fecha de 1662.
El pasar de los años, la falta de información y el aparente abandono en que se tiene a tan importante obra en el centro de la población, nos hace recordar que de la memoria se construye la historia, y este caso en particular es motivo suficiente para celebrar por vez primera la conformación primogénita del antiguo pueblo de indios, el que alguna vez se llamó “Xonacatlan”.
