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Reconocer las propias emociones y pedir ayuda

La crisis de salud mental también es un problema que arrastra el coronavirus. Bernardo Celso García, coordinador de la Licenciatura en Psicología del ITESO, comparte herramientas para confrontarla.
Reconocer las propias emociones y pedir ayuda

Van más de 400 mil muertes por Covid-19 a escala global. Jalisco es el segundo estado con mayor alza de casos activos desde que comenzó la etapa de readaptación (llamada etapa 0).

Desde el pasado 18 de marzo se han perdido 17 mil 676 empleos por día en el país. Esto da como resultado que más de 700 mil personas no saben cómo seguirán teniendo un techo y comida en su mesa. "No existe una pandemia, sino dos", dijo Robert Shiller, ganador del Premio Nobel de Economía en 2013, en relación con la crisis económica mundial que en México, dicen los expertos, podría ser peor que la que se desató en diciembre de 1994.

Si leer esta información te provoca una sensación de incertidumbre, miedo, y si tu respiración se acorta, tu corazón palpita fuerte y sientes temblor en el cuerpo o fatiga, tómate un momento y respira. Respira hondo y entiende que no estás solo. Eres parte de los tres de cada diez mexicanos con síntomas de ansiedad o depresión ocasionados por lo que sucede en torno al Covid-19, de acuerdo con estudios del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México.

“Esto (la pandemia) seguirá resonando en nuestras mentes, pensamientos y emociones durante muchos, muchos años. Se han perdido relaciones. Se han pedido trabajos. Se han perdido seres queridos. Se han perdido días”, dice Bernardo Celso García Romero, coordinador de la Licenciatura en Psicología del ITESO.

García, quien es doctor en Psicología Clínica y de la Salud, menciona que muchas personas están experimentando estos problemas de salud mental por primera vez derivados de la pandemia.

“No estamos acostumbrados a detectar síntomas. La ansiedad y la depresión son estadios ya muy severos de la situación. Podemos sufrir distintos tipos de crisis al mismo tiempo: de salud, económica, social, de incertidumbre, de pareja, familiar y todas en un momento. Es difícil discernir y distinguir qué recursos y a cuál atender, porque de repente se desborda todo”.

El académico explica que no tenemos otro espacio distinto ni personas con quienes afrontarlo, porque estamos confinados a nuestra casa y con quien la compartamos. No hay dónde hacer deporte, cómo convivir con los amigos fuera de reuniones virtuales o de menos distraerse en el espacio de trabajo.

“En un solo lugar tienes que aprender a saber cómo afrontar estas situaciones y esto a muchas personas se les está yendo de las manos, sobre todo a aquellas que no habían presentado un límite en sus situaciones de vida”.

En muchos casos las consultas presenciales con terapeutas no son posibles. La escuela clásica demanda contacto físico en el acompañamiento para tener más información de un paciente.

“Los profesionales de la salud mental también nos enfrentamos a que tenemos que dar soluciones frente a una pantalla o por teléfono y son otros recursos y técnicas las que tenemos que identificar para ser más sensibles e identificar problemas. No podemos dejar de acompañar por cualquier medio”.

Añade que como especialista también es complejo acompañar a personas que están viviendo las mismas problemáticas que uno, como prácticamente todo el mundo.

En el área académica los especialistas en salud mental también encuentran desafíos. “Estamos enfrentando problemas con estudiantes de comunidades sin internet o sin recursos tecnológicos que tuvieron que regresar a sus casas y tienen problemas para pasar el curso; o estudiantes que no pueden pasar los cursos porque están preocupados de que sus padres no pueden pagar la renta de su hogar”, comenta.

¿Este panorama te sigue causando ansiedad? Respira. Aquí vienen las respuestas.

El académico recuerda que antes de “acabar en terapia porque generaste un trastorno de personalidad, una depresión”, es necesario tomar en cuenta que “somos personas vulnerables y es real lo que nos está pasando, muy real. Seamos compasivos y empáticos con nosotros mismos y con el otro.

En estos momentos no podemos resolver muchas cosas de forma ideal ni como nosotros quisiéramos, dice; “sé compasivo con tu pareja, con tus hijos, con el vecino que le subió mucho a la música, con tu padre que quizá estalló y fue más duro de lo común”, sugiere el coordinador de Psicología.

Quizá no llegue a ser un trastorno lo que sientes si lo que sucede lo hablas a tiempo, lo compartes y se trata. Tanto en la salud mental como en los problemas diarios hay que saber con qué empezar, explica García. Se trata de priorizar y resolver, una cosa a la vez.

“Lo que nos tiene que quedar de todo esto es que si supieras que esto iba a pasar y tuvieras la oportunidad de hacerlo diferente, ¿qué harías; ¿serías más creativo?, ¿vigilarías tu salud mental con más atención?, ¿planearías mejor tus recursos para no quemarte por estrés?

“Es un gran momento para darnos cuenta de que no podemos solos. Cuando ‘regresemos’ a esta nueva forma de normalidad todos debemos tener la compasión, la empatía y la creatividad para apoyarnos. Todos somos corresponsables en esta nueva normalidad. Estamos juntos en esto”.

El Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO tiene un programa de atención psicológica durante la contingencia por el Covid, con un grupo de psicólogos de esta área y de la Maestría en Psicoterapia. Puedes recibir atención llamando al teléfono 33 3669 3545.