Huellas prehispánicas
En el Cerro de El Molino en Juanacatlán se encuentran petroglifos que datan de los años 900 a 1200 d.C.
SECCIÓN: DESCUBRIENDO MI PUEBLO
Durante varios años los habitantes de El Salto y Juanacatlán han sabido sobre la existencia de una zona en las laderas del cerro de El Molino donde se intuye, fue el primer asentamiento indígena original de la zona que comprende ambos municipios.
El principal grupo de naturales de esta región perteneció a la tribu Coca. Esto se sabe por las investigaciones realizadas por el arqueólogo y actual director del Museo Regional de Guadalajara, Otto Schoundube, basado en análisis de restos encontrados en excavaciones dentro del jardín de niños “Juan Rulfo” en Tateposco, donde se encontró una tumba de tiro con osamentas humanas.
El cerro de El Molino está ubicado al sur de Juanacatlán. En una de las numerosas barrancas que conforman este lugar yace un punto de importancia arqueológica que fue descubierto por el grupo ecológico “El Roble” hace más de 20 años: una gran roca con representaciones rupestres que datan de los años 900 a 1200 d.C. y que fueron talladas sobre la misma; son conocidas como petroglifos.
Se trata entonces de un planchón rocoso de dos metros de altura sobre el cual aparecen estampados diversos símbolos y figuras que parecen representar reptiles, aves y círculos concéntricos. En cuanto a lo último y de acuerdo al arqueólogo Joseph B. Mountjoy esta manifestación es la representación solar y su importancia es semejante al fervor católico de la cruz como signo de fe. De los símbolos gráfico-rupestres de la pieza en Juanacatlán están asociados al astro rey y a las aves de rapiña de las culturas mesoamericanas siendo así alegorías estelares.
Si bien es relativamente modesta, se suma a otras manifestaciones culturales existentes en la Ribera de Chapala, tales como “La Cueva del Toro” en Poncitlán, la “Piedra Rosetta” en Tlajomulco, y “El Mariscal” en Cajititlán.
Poco estudiado por los investigadores, su acceso queda limitado al denso follaje que cubre al cerro. Para llegar a este lugar es necesario tomar la desviación del camino a Miraflores en San Isidro, surge ahí una pequeña vereda de terracería que se dirige a las barrancas y con buen guía se llega a los petroglifos.
Esta zona se convierte en un ejemplo más de los puntos de importancia histórico-patrimonial que merece ser reconocido por todos los habitantes de la región y no debe permanecer en el olvido.
REGISTRAN ZONA
Según informó el Ayuntamiento de Juanacatlán, el pasado 7 de septiembre el arqueólogo Eduardo Ladrón de Guevara, especialista en petrograbados del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la arqueóloga Arely Gómez y el antropólogo Erik Larios, encargado del Museo Municipal, registraron como zona arqueológica del municipio los petrograbados.
PETROGLIFOS EN JUANACATLÁN
UBICACIÓN: Cerro El Molino
AÑO: 900 a 1200 d. C
TRIBU: COCA
ESTAMPADOS: Reptiles, aves y círculos concéntricos
ENTÉRATE:
Petroglifo es el grabado que, en la prehistoria, se desarrollaba sobre las piedras. Los seres humanos primitivos, de este
modo, golpeaban las rocas y las descascaraban para dejar ciertas marcas.
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