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El fotógrafo del pueblo

Juan Manuel Garibaldi Buenrostro es un icono de la fotografía de estudio en Juanacatlán
El fotógrafo del pueblo

Cuando en Juanacatlán se menciona el apellido “Garibaldi” es inevitable pensar en fotografía.

Hombre amable y de larga plática, Juan Manuel Garibaldi Buenrostro creó una dinastía de fotógrafos en el municipio. Él captó con su lente imágenes por más de 50 años y actualmente seis de sus hijos se dedican al oficio.

Nacido en un pequeño poblado llamado Tamazulita de Tecolotlán, Garibaldi se fue a vivir con su familia a Guadalajara donde fue checador en el transporte público, ayudante de albañil, repartidor de periódicos y revistas y trabajador en una gasolinera.

Comenzó a hacer dibujos, y a los 19 años, conoció a un importante fotógrafo de Guadalajara: Hugo Orea Marín, quien lo encaminó en el oficio.

“Me invitaron a su estudio, y era magnífico, muy elegante era el fotógrafo de la alta sociedad de Guadalajara”, recuerda Juan Manuel.

“Yo me asomaba por las rendijas, yo trabajaba ahí, pero no tenía acceso tan fácil a lo que ellos hacían”

Ahí comenzó su historia como fotógrafo. Después trabajó en otro estudio y en 1978 llegó a vivir en Juanacatlán, atraído por hacer fotos en escuelas primarias

“Llegué a Juanacatlán el 10 de julio de 1978, ya traía seis hijos, vine a hacer un trabajo de la escuela Francisco Nolasco, la que está pegada a la cascada, venimos a dar una oferta de fotografías y ya me quedé”

“Por un tiempo mantuve mi estudio en el Centro de Guadalajara y un día le pedí a mi esposa que anunciara a la gente que tomábamos fotos, porque caminaba mucha gente por nuestra calle, puse un anuncio de una foto grande de Araceli mi hija y con una leyenda “Oferta Especial, esta fotografía en Guadalajara cuesta $700 y aquí en $195… y empezó a llegar gente y no me daba abasto, tenía gente de todos lados, porque realmente nadie trabajaba la calidad en fotos de estudio”, recuerda Juan Manuel quien actualmente tiene 72 años.

Durante más de 50 años, Garibaldi se dedicó principalmente a hacer fotos de estudio, ya que no le gustaba tanto hacer de sociales en los eventos. Durante décadas, generaciones y generaciones fueron iluminadas e inmortalizadas con la cámara de los Garibaldi.

Actualmente, seis de sus ocho hijos de dedican a la fotografía profesional, lo que ha creado que el apellido “Garibaldi” sea ya una marca muy bien posicionada en Juanacatlán, El Salto y alrededores.
“Ya solo ayudamos a cuidar el negocio de los hijos, ya tengo seis años que no puedo hacer fotografías. Me dio un parálisis cerebral y tengo entumida la mitad del cuerpo y creo que eso no se quita más que dos días después de muerte (risas)”, finalizó.


FRASES
“Cuando llegó lo digital, me ‘partieron todos los dientes’, uno por uno. Cuando comenzó a entrar lo digital, fue casi cuando yo llegué a Juanacatlán, sin darnos cuenta llegó, había un maestro de la Secundaria que me recomendaba que estudiara computación y mira, que pend… fui que no le hice caso”

“Yo sabía hacer montajes muy bien, pero ahora me da risa con lo digital, porque ahora sí está perfectísimo todo. Yo los montajes los hacía desde el corazón”

“Yo ya no tomo fotos, ya lo hacen ellos, mis hijos y a veces me dan para un kilo de frijol y tortillas y leche (risa)”

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