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La abuela Julia y los colgados

La abuela Julia y los colgados

Existen cuevas que cruzan del Cerro de la Cruz a Puente Grande, por donde se trasladaban los Cristeros, cuando las personas que trabajaban en la fábrica textil Río Grande venían de lejos, como la abuela Julia, no alcanzaban a subirse al carro del tren que pasaba por allí, se veían en la necesidad de caminar desde la localidad de El Verde, para llegar a su trabajo, cruzaban por el camino y a veces por el cerro, ella era una de las pocas mujeres que laboraba en ese tiempo, contaba que acontecía varios sucesos en su traslado al trabajo, ella narraba que en la época de la revolución de Los Cristeros cuando alguien se pronunciaba como Cristiano, los del gobierno los perseguían bajo consigna de matar a todos los que defendieran las causas de la Iglesia, ella misma fue testigo de en varias ocasiones encontrarse con cuerpos de personas (que ella decía cristeros) colgadas en los árboles que bordeaban el camino:

“Era una cosa muy impresionante ver” cuenta la abuela Julia, el color de los cuerpos era de un tono pálido verdoso, a veces morado y de tonos que denotaban la putrefacción de la carne, algunos con expresiones verdaderamente horripilantes, de terror, con las lenguas de fuera, ojos desencajados, la expresión de un demonio, miradas huecas que hacían sentir que la sangre se congelaba en las venas, y de un impulso de salir corriendo como alma que lleva el diablo.

Lo más curioso fue que mucho tiempo después de la lucha, era común encontrarse personas desconocidas en el camino, y se acercaban preguntando por alguna dirección, pero al quererles responder, miraban dos veces y estas personas simplemente se esfumaban en el aire, muchos tardaban días en recuperarse de la impresión que les causaban estos sucesos paranormales.

Se cuenta que, por esos lados, en el cerro donde colinda el castillo con el Cerro de la Cruz, es común ver personas que saludan a quienes pasan por ahí, y al mirar de nueva cuenta darse cuenta de que en realidad no hay nadie.

Sobre la autora: Verónica Becerra es habitante de la Cabecera Municipal de El Salto y promotora cultural.

*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de La Cascada*