Paisaje como percepción social de territorio
En la actualidad, la representación del paisaje no solo implica análisis territorial por tener una evolución constante y un hecho en la naturaleza, sino que es considerado un sistema funcional por ser un elemento en el medio perceptual y socioeconómico.
El paisaje es clasificado en dos tipos: paisajes naturales y construidos por el hombre. Los naturales se constituyen del medio físico (relieve, clima, agua, suelo), además de la flora o vegetación en un lugar determinado. Mientras que el paisaje humanizado se constituye por infraestructura como carreteras, puertos, embalses, edificación de núcleos de población o se realizan actividades económicas agrarias, industriales y turísticas.
El paisaje no solo se define por sus formas naturales o antrópicas sino por su calidad, fragilidad, vulnerabilidad, visibilidad y estética. Cada persona describe el paisaje de acuerdo a su entorno percibido, cotidiano o visitado, considerándolo además como un elemento de identidad territorial.
¿Cómo podemos cuidar el paisaje?
La participación social es fundamental para la caracterización, uso y valoración del paisaje hasta para la toma de decisiones. Un factor muy importante que influye en la degradación del entorno físico, biológico y cultural, es el grado de transformación debido a la densidad de población.
El crecimiento poblacional es inevitable, pero planificar de manera correcta los usos del territorio, nos puede hacer crecer de forma sustentable sin perder los valores patrimoniales del entorno sin descartar que el paisaje es un recurso que se deteriora y se agota como cualquier otro valor de la naturaleza.
Tenemos que mejorar nuestra conducta y ser conscientes, porque nuestros actos serán reflejados en el patrimonio de nuestros hijos. Recuerden: “Dios perdona, el hombre tal vez, pero la naturaleza no perdona”.
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