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La caída de Joel

Joel González Díaz ve desmoronarse el poder político que acumuló durante los últimos 12 años en el municipio de El Salto.
La caída de Joel

Joel González Díaz ve desmoronarse el poder político que acumuló durante los últimos 12 años en el municipio de El Salto. 

Cuatro elecciones ganadas consecutivas a la presidencia municipal le permitió crear un "imperio" que al parecer hoy está en decadencia con los resultados de la elección del 1 de julio en la que cayó hasta el tercer puesto en las preferencias. 

Joel González, creció en unas de las Delegaciones con más rezago en El Salto, La Huizachera. Desde ahí, su habilidad y éxito como comerciate y ganadero, le ayudó en gran medida para que en 2006 alcanzará la presidencia municipal de El Salto como abanderado del PRI. Se dice que en aquella elección fue apoyado por la entonces alcaldesa, de extracción panista, Bethy Moreno quien le dio la espalda al candidato de su partido, Jesús Gonález Cuevas. 

González Díaz llegó al poder ese año y no lo soltó hasta el 2017, cuando le estalló el conflicto con el alcalde Marcos Godínez, quien había sido su incondicional, durante todos esos años. 

En 2009, Joel dejó el cargo y ganó la Diputación Federal. A su hermano Gerardo le dejó la candidatura del partido y obtuvo la alcaldía. 

En 2012, Joel volvió a ser el candidato a la presidencia municipal y la ganó en una elección disputada con el panista Adán Flores. En aquella ocasión se habló de un fraude: cientos de personas salieron a manifestarse, aludiendo anomalías, amenazas, intimidación hombres armados, mapaches y compra de votos, pero el resultado no cambió. 

En ese año, su hermano Gerardo González también contendió por la Diputación, pero derrotado también por Salvador Zamora.

Para la elección del 2015 Joel pidió licencia como alcalde para contender a la Diputación Local que perdió ante Ismael del Toro. 

Ahí comenzaba la ola naranja a afectar el "imperio" de los Gonález.

Esa elección para la alcaldía de El Salto, la ganó Marcos Godínez Montes, un personaje que había formado parte del equipo de los González desde el primer Gobierno y que fue ascendiendo con el "permiso" de ellos. 

En las internas del PRI para elegir candidato, se habló que la candidata sería Raquel Álvarez, esposa de Joel, pero al final se decidieron por Marcos, no sin antes, ponerle "candados" a su candidatura, ubicando al hijo de Joel como su suplente, a su hermana Ofelia como regidora, además de personas fieles a los González en puestos clave del Ayuntamiento.

El 1 de octubre del 2015, Joel le entregó el Gobierno a Marcos Godínez y expresó: “Haciendo una reflexión a este gran equipo que hace más de 12 o 13 años, pensamos en grande, pensamos en un proyecto que velara los intereses de El Salto, con muchos compañeros de las delegaciones y cabecera, y decirles que ese proyecto se ha cristalizado hoy por 12 años. Marcos fue parte de ese equipo. Hoy puedo decirles que hice durante estos tres años compromisos cumplidos y uno más el de mi sucesor, Marcos Godínez y entregarte a ti, un compromiso más”, expresó. 

Ese día, sin saberlo Joel estaba entregando la administración y parte de su "imperio político". 

Según trascendió, Joel presionó a Marcos Godínez, queriendo seguir controlando el Ayuntamiento y las decisiones importantes. 

"Joel se sentía con el derecho de seguir mandando y lo hizo en los primeros meses. Déjaba a Marcos en segundo plano, se sentía con ese derecho, porque él lo había puesto", declaró una fuente cercana a La Cascada. 

El primer año de Godínez en el Gobierno "paso de noche" y la relación con Joel empeoró. 

En agosto del 2016, Marcos no aguantó más y despidió del Ayuntamiento a Directores afínes a González Díaz y en los próximos meses fue dando de baja a otros "que le obedecían a Joel". 

En enero del 2018, se convirtieron oficialmente en rivales políticos cuando ambos se registraron como precandidatos a la alcaldía de El Salto por el PRI.

Un mes después, el PRI Estatal decidió darle la candidatura a Joel, lo que provocó la molestía de Marcos Godínez y su equipo de trabajo. Días después el alcalde anunciaría su salida del Revolucionario Institucional y su adhesión a Movimiento Ciudadano para apoyar el proyecto de Enrique Alfaro y de Ricardo Santillán

Ahora Joel tenía que contruir su campaña con diversos elementos en contra: sin el respaldo del "aparato del Ayuntamiento", la marca de su partido por los suelos, y su imagen desgastada, sobre todo en la Cabecera Municipal. "El poder desgasta, dicen. Y Joel ya se había mantenido por mucho tiempo en el poder".

Joel construyó una importante base de votantes en las colonias más marginadas del municipio y ahí se concentró de nuevo en la búsqueda de alcanzar por tercera vez la alcaldía. 

Su campaña la basó en recorrer a pie el municipio y firmando por todos lados compromisos que según él, cumpliría al llegar al Gobierno. En ese contexto, el periódico Mural denunció que la campaña de Joel repartía la "Saltense" una tarjeta sin chip, con la promesa que se activaría en caso de ganar y que le daría a las personas 1800 pesos mensuales, por tiempo indefinido. 

Su comunicación política se vio limitada en redes sociales en las que sólo alcanzó poco más de 400 likes en Facebook. Tuvo apariciones en spots de radio y televisión. 

El 1 de julio, la ciudadanía lo castigó y lo mandó al tercer lugar en las preferencias. 

Los saltenses salieron más a votar en comparación con el 2015 (Un 13% más de participación) y sólo le dieron -datos preliminares- 13 mil 352 votos que lo ubicó hasta el tercer puesto, por debajo de Gabriel Pérez de Morena, PT, PES. Nunca antes el PRI de Joel González se vio en esta posición. 

Ahora, a Joel le tocará reconstruir su imperio político como regidor, desde la oposición ¿se podrá levantar quien dominó la política saltense por más de una década?