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Labores de cuidado y trabajo doméstico no remunerado

En México, la brecha de género es aún mayor al pasar del contexto urbano al ámbito rural. Mientras en zonas urbanas se estima una diferencia de tiempo dedicado a la semana al trabajo no remunerado entre mujeres y hombres de 19.2 horas, en contextos rurales está brecha aumenta hasta 27 horas, por lo que las condiciones de desigualdad se acentúan aún más en este ámbito
Labores de cuidado y trabajo doméstico no remunerado

Las labores de cuidado y el trabajo doméstico no remunerado son principalmente realizados por mujeres y contribuyen tanto al desarrollo económico familiar como al de los países. 

Sin embargo, la falta de cuantificación económica invisibiliza a nivel macroeconómico el papel que desempeñan las mujeres, lo que tiene un impacto negativo en su autonomía y empoderamiento económico, a la vez que no permite mostrar evidencia cuantitativa para la formulación de políticas públicas y de apoyo a quienes realizan estas labores (ONU-Mujeres, 2015) (OPS, 2008).

A nivel mundial, se estima que el valor económico generado por estas actividades representa el 9 % del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en México representa el 23.3 %del PIB, (valores contantes a precios de 2013), 17 % del valor generado a nivel nacional es contribución por mujeres y el otro 6.3 %, aportación de los hombres (OIT, 2019) (INEGI, 2020).

En términos de horas dedicadas a la semana, tanto a nivel internacional como en México, se estima que las mujeres invierten tres veces más horas que los hombres para el desarrollo de estas actividades (ONU-Mujeres, 2015) (OIT, 2019).

Aunque el involucramiento de los hombres en las labores de cuidado y trabajo no remunerado es cada vez mayor, se calcula que de 1997 a 2012 la brecha de género en cuanto al tiempo destinado apenas disminuyó siete minutos en promedio al día a nivel mundial (OIT, 2019).

En México, la brecha de género es aún mayor al pasar del contexto urbano al ámbito rural. Mientras en zonas urbanas se estima una diferencia de tiempo dedicado a la semana al trabajo no remunerado entre mujeres y hombres de 19.2 horas, en contextos rurales está brecha aumenta hasta 27 horas, por lo que las condiciones de desigualdad se acentúan aún más en este ámbito (Derbez, s.f.).

El análisis por estratos socioeconómicos permite identificar que, a niveles más altos de ingresos la participación de los hombres es mayor, aunque para todos los estratos analizados, las mujeres dedican más de 30 horas a la semana en el desarrollo de estas actividades, en comparación con las horas destinadas por parte de los hombres, que rondan alrededor de 10 horas a la semana (ONU-Mujeres y Colmex, 2019).

El trabajo de cuidados por sí solo es realizado por 41.6 % de la fuerza laboral femenina no activa a nivel mundial, por lo cual, constituye uno de los principales obstáculos para el involucramiento de las mujeres al mercado laboral. En este caso, países que cuentan con mayor gasto público en políticas de cuidado como prestación de servicios infantiles, infraestructura para el cuidado, licencias de maternidad y discapacidad, entre otras, han logrado una mayor conciliación entre el empleo remunerado y el de cuidados no remunerado (OIT, 2019).

Estimaciones por COVID-19

La pandemia por covid-19 ha impactado la forma en la que vivimos, el desarrollo de nuestra actividades cotidianas y laborales.

De acuerdo con una encuesta realizada por Deloitte a más de 400 mujeres de la población económicamente activa de nueve países, 82 % mencionaron haber sido afectadas negativamente por la pandemia, 65 % considera contar más responsabilidades en la realización de tareas de hogar y 58 % de la fuerza laboral femenina entrevistada y con hijos siente un aumento adicional en el cuidado de estos (Deloitte, 2020).

A nivel nacional, las horas semanales dedicadas a cuidados no remunerados aumentó significativamente durante el segundo trimestre de 2020 tanto en hombres como en mujeres que forman parte de la población económicamente activa.

No obstante, se estima que las mujeres destinaron hasta 7.4 horas menos a la semana al trabajo remunerado para dedicarse al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (OIT, 2020).

En el caso de la Ciudad de México, de acuerdo con la encuesta realizada del 20 al 24 de julio de 2020 por la Secretaría de las Mujeres, 43 % de las mujeres entrevistadas respondieron dedicar más de cinco horas al cuidado de otras personas, comparado con el 28 % de los hombres. Asimismo, se reportó un incremento de hasta el 32 % del tiempo destinado al desarrollo de estas actividades y un aumento de 13 % en la jornada laboral en comparación con los hombres y como derivado de la pandemia (SEMUJERES, 2020).

De acuerdo con el Informe especial COVID-19 realizado por la CEPAL “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”, la pandemia ha profundizado la brecha de género y atenta contra la autonomía de las mujeres. En este sentido, se estima un retroceso de hasta diez años en los niveles de ocupación laboral por parte de las mujeres de América Latina y el Caribe (CEPAL, 2021).

Para ello, el reconocimiento de las labores de cuidado y el trabajo no remunerado forman parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5, que de manera explícita en su meta 5.4 se enfoca a “reconocer y valorar las labores de cuidados el trabajo no remunerado mediante la promoción de servicios públicos, provisión de infraestructuras, formulación de políticas de protección social, y la promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y la familia “(ONU-Mujeres, 2015).

“Luchemos todos juntos por el cumplimiento de los ODS de la mano de la equidad de género”


Por Lourdes Ramos | Analista de Programas y Proyectos de ONU-Habitat México