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Juanacatlán: comunidad que ha resistido al desarrollo de proyectos de combustibles fósiles

En Jalisco, hay tres casos de comunidades que se enfrentan a proyectos económicos ligados al consumo de combustibles fósiles, que quieren ser visibles a los ojos de todos los jaliscienses para lograr la solidaridad hacia sus luchas.
Juanacatlán: comunidad que ha resistido al desarrollo de proyectos de combustibles fósiles

En el foro “Los debates de Nuestro FuturoNuestra Energía. Resistencias contra Combustibles Fósiles” celebrada en la Casa ITESO Clavijero se hizo un recuento de las tres plantas de abastecimiento de hidrocarburos que se han logrado parar en Jalisco gracias a la sociedad civil organizada.

Una de ellas fue la termoeléctrica La Charrería, en Juanacatlán, que ciudadanos y asociaciones civiles frenaron en 2020 mediante amparos en instancias judiciales.

"Ante la devastación y la enfermedad no alcanzamos muchas veces a tocar el tema de los combustibles fósiles que en el fondo es la producción industrial, cuando fuimos investigando nos encontramos un montón de gasoductos que se están extendiendo para abastecer a las termoeléctricas, aunque se venden como gas natural, una energía menos contaminante, abastecen parques industriales que nos están enfermando y matando", expresó la activista y vecina de Juanacatlán, Rebeca Nuño.

“Estos proyectos avanzan en completo silencio y sin ser consultados a la comunidad. A pesar de que nuestros pueblos son pueblos originarios, no se respeta el derecho a la libre determinación de nuestras comunidades, a que se nos consulte si queremos o no que estos proyectos energéticos, que por leyes internacionales se nos tiene que consultar, jamás se nos consulta. Entonces, nosotras nos damos cuenta de que ese gasoducto está pasando por nuestro territorio, cuando vemos los tubos acostados al lado de la carretera”, relató.

Le sigue el gasoducto en la comunidad indígena San Juan Bautista, en Lagos de Moreno, que resultó en detenciones arbitrarias de vecinos inconformes en 2019; y finalmente del trasvase de hidrocarburos en Casa Blanca, Poncitlán. 

En rueda de prensa, ciudadanos que forman parte de la resistencia a dichos proyectos relataron que en ninguno de los casos se les consultó sobre los alcances de esta infraestructura a pesar de que atravesarían sus comunidades con hidrocarburos como gas natural, en el caso de Lagos de Moreno, así como diésel y turbosina en Poncitlán. 

Pese a que la organización vecinal logró obtener fallos judiciales a su favor para detener el avance de los tres proyectos, coinciden en que las empresas promotoras no han desistido de su intención por concretar las inversiones y aún son una amenaza latente. 

"Esta unidad de trasvase de hidrocarburos es enorme, pone en riesgo cuatro comunidades en caso de una explosión, nos iríamos todos porque está manejando grandes cantidades de combustible que se enviaría del ferrocarril a pipas para distribuir a diferentes plantas de Jalisco, desde gasolinas hasta turbosina y metilterbutileter, un aditivo altamente contaminante", relató Juanita Márquez, de Poncitlán. 

"De pronto llegaron a hacer unas excavaciones al pueblo y nos comentaron que estaban trayéndonos gas natural, pedimos ver un permiso y no había (...) Tenemos una laguna y el gasoducto pasa por debajo, al fin y al cabo es un consumo del territorio devastador", abundó Liliana Martínez, de Lagos de Moreno. 

Por su parte, la activista brasileña Leonor Canadas, que acompañó a las vecinas, planteó que en el fondo todos estos proyectos se anunciaban como limpios debido al uso de gas natural, sin embargo, éste supone impactos en el agua para su extracción y, además, está conformado principalmente por gas metano, de alto efecto invernadero.


Con Información de Mural y Canal 44