Saltense apunta a Tokio

A menos de un año, por ahora, de la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, no todo ha sido negativo para el luchador Christian Anguiano, quien, a pesar de la pandemia ocasionada por el COVID-19, tiene muy claro el objetivo, que no es otro que clasificar a la justa veraniega, y ya en tierras niponas, conseguir una medalla olímpica, pues considera estar en edad de aspirar a varios ciclos olímpicos.

Anguiano es oriundo de la Delegación de Las Pintitas en El Salto y ya tiene experiencia en Juegos Panamericanos.

“La suspensión por la pandemia me puso muy triste porque acababa de salir de un reality show e iba con la esperanza de retomar el ciclo olímpico. Me mentalicé y adapté a lo que estaba pasando, pero espero pronto retomar los entrenamientos porque estoy deseoso de volver a luchar. Tengo 24 años y mi deporte permite estar activo a los 34 o 35 años. Por eso estoy mentalizado no solo en Tokio, sino en los Juegos Olímpicos de París 2024 y Los Ángeles 2028, que serían mis últimas oportunidades de alcanzar mi sueño de una medalla olímpica. Soy ambicioso, y quiero esa medalla olímpica”.

El joven jalisciense, gladiador de estilo libre en la categoría de 86 kilogramos, sabe que no será fácil ganar su lugar como representante azteca para buscar su plaza en Tokio, pues debe volver a posicionarse como el mejor de su categoría a nivel nacional.

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“Creo que a la mayoría de los atletas les afectó el tema de la pandemia, porque llevas un proceso. A mí, creo que me favoreció la postergación de los Juegos Olímpicos porque creo que es tiempo suficiente para retomar mi mejor nivel, y llegar al Mundial clasificatorio para Tokio. Primero, tendría que volver a ser el mejor del país en mi categoría, que no es fácil, pero tiempo para lograrlo, hay el suficiente. Así que me siento listo para enfrentar todo el proceso”.

Proveniente de una familia dedicada al mundo de las luchas asociadas, Christian Anguiano sabe que su figura se ha convertido en un modelo a seguir para sus propios hermanos, así como para varios jovencitos que inician en esta disciplina, un compromiso del que no rehúye.

“Desde hace muchos años, muchos jovencitos me siguen. Me gusta ejercer un liderazgo basado en las acciones, no en las palabras. Soy consciente de que puedo ser un modelo a seguir y asumo el compromiso. Mi propio hermano (Brandon) me lo ha dicho, y creo que puedo ser ese ejemplo”.

Finalmente, pensando en el final ideal para una carrera que ha sido extensa a pesar de su corta edad, Anguiano tiene muy claro lo que quiere conseguir para considerar su paso por las luchas asociadas como exitoso y lleno de satisfacciones.

“Creo que, como todos los deportistas de alto rendimiento, aspiro a lo máximo. Si llego a conseguir una medalla olímpica, me puedo morir feliz”.