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Día Internacional del Migrante: Historias de quienes dejaron El Salto, Juanacatlán y Zapotlanejo para forjar un futuro en Estados Unidos

La migración desde esta región comenzó a intensificarse a mediados del siglo XX, cuando las oportunidades laborales en Estados Unidos, especialmente en sectores agrícolas, atrajeron a trabajadores de Jalisco.
Día Internacional del Migrante: Historias de quienes dejaron El Salto, Juanacatlán y Zapotlanejo para forjar un futuro en Estados Unidos

.Hoy, en el marco del Día Internacional del Migrante, recordamos las historias de miles de personas originarias de El Salto, Juanacatlán y Zapotlanejo que han cruzado fronteras en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos. Estas comunidades, han sido históricamente fuente de migración, llevando consigo no solo sueños, sino también tradiciones, cultura y un profundo amor por sus raíces.

Historias que cruzan fronteras

La migración desde esta región comenzó a intensificarse a mediados del siglo XX, cuando las oportunidades laborales en Estados Unidos, especialmente en sectores agrícolas, atrajeron a trabajadores de Jalisco. Para muchas familias de El Salto y Juanacatlán, la migración no fue una elección sencilla, sino una necesidad ante la falta de empleo, la contaminación del río Santiago que afectó actividades como la pesca, y la búsqueda de un mejor futuro para las siguientes generaciones.

"Mi abuelo fue uno de los primeros en irse, allá por los años 60. Trabajaba en los campos de fresas en California. Desde entonces, nuestras familias han estado entre dos países," comparte Luis Gómez, originario de Zapotlanejo y residente en Chicago desde hace 20 años.

Comunidades resilientes en el extranjero

En ciudades como Los Ángeles, Chicago, Houston y Denver, los migrantes de esta región han formado comunidades sólidas. Han establecido negocios, fundado clubes de paisanos, y mantienen vivas tradiciones como las fiestas patronales de San Pedro y San Pablo o las festividades guadalupanas. A pesar de la distancia, la conexión con su tierra natal sigue siendo un lazo inquebrantable.

"Nos juntamos cada año para celebrar las tradiciones de nuestro pueblo. Es nuestra manera de enseñarles a nuestros hijos de dónde venimos y por qué es importante nunca olvidar nuestras raíces," comenta Marisela Hernández, quien emigró de El Salto hace 15 años.

El reto de los “dreamers” y el regreso

Aunque muchos han logrado establecerse con éxito, otros enfrentan retos constantes. Los jóvenes conocidos como “dreamers”, hijos de migrantes que llegaron siendo niños, luchan por acceder a la educación y a una estabilidad migratoria. Por otro lado, algunos migrantes mayores sueñan con regresar a su tierra natal, pero se enfrentan a barreras legales o económicas.

“Quiero volver a El Salto, pero después de 30 años aquí, no sé si podría adaptarme de nuevo. Sin embargo, siempre llevo a mi pueblo en el corazón,” confiesa Antonio Rivera, residente en Arizona.

Celebrando sus aportes

El Día Internacional del Migrante nos invita a reconocer no solo los desafíos que enfrentan estas comunidades, sino también sus contribuciones tanto a sus lugares de origen como a los destinos donde ahora residen. Las remesas enviadas por los migrantes han sido un soporte crucial para muchas familias y han impulsado el desarrollo económico en sus pueblos.

Además, su papel en la difusión de la cultura jalisciense ha puesto en alto el nombre de El Salto, Juanacatlán y Zapotlanejo. A través de su esfuerzo y dedicación, los migrantes demuestran que las raíces pueden florecer incluso lejos de casa.

Hoy más que nunca, es importante recordar que, aunque físicamente lejos, estos migrantes siguen siendo parte integral del tejido social de sus comunidades de origen. Su historia es un recordatorio de la fortaleza y resiliencia que define a los habitantes de esta región.