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Embarazos adolescentes aumentarán un 12% por confinamiento

Especialistas indican que el encierro por la covid-19 eleva los abusos sexuales y que el miedo al contagio inhibe las consultas de salud reproductiva
Embarazos adolescentes aumentarán un 12% por confinamiento

México es el país con las tasas más altas de embarazos adolescentes, alrededor de 73 de cada 1.000 partos corresponden a madres de 15 a 19 años. Y aún más jóvenes.

El Gobierno enfrenta este problema desde 2015 con un programa nacional que se está viendo en graves apuros por culpa del confinamiento decretado contra la covid-19. Las últimas estimaciones del Ejecutivo indican que entre 2020 y 2021 el número total de embarazos adolescentes sumarán los 191.948, cerca de 22.000 más de los esperados, lo que supone un aumento del 12% respecto a 2019.

Los cálculos del Consejo Nacional de Población (Conapo) se han efectuado teniendo en cuenta las dificultades observadas para el acceso a los servicios de anticoncepción durante la pandemia.

Aunque permanecen abiertos, según el Gobierno, el escenario que manejan es que su consulta se ha reducido un 20% por miedo a los contagios, lo que traducen en ese incremento de embarazos no deseados. Si a ello se añaden las dificultades reales para acceder a un aborto en muchos Estados del país, el panorama no se presenta halagüeño.

La edad de la primera relación sexual en México es baja en muchas zonas, normalmente rurales o deprimidas, y la información sobre salud sexual y reproductiva escasa, a lo que hay que añadir el drama que hay detrás de muchos de estos embarazos: el 10% de ellos son fruto de la violencia sexual, en su inmensa mayoría (80%) atribuida a familiares, vecinos o conocidos de la víctima. Como es lógico, un encierro en casa puede frenar los contagios, pero en nada ayuda a detener los delitos sexuales.

La directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman, es consciente de este problema. “El confinamiento aumenta la violencia sexual, familiar, eso está ahí”, dice. También le preocupa el acceso de estas adolescentes a la información sobre salud sexual y reproductiva, algo en lo que participan las escuelas que ahora están cerradas, aunque parte de estos materiales, dice, se han promocionado de forma virtual.

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Con las escuelas cerradas, el asunto se agudiza. “La ausencia de vida escolar por la pandemia y la crisis económica propicia uniones informales y embarazos tempranos”, dice Mariana Pría, coordinadora de Incidencia Política en Save the Children.

“Las mujeres todavía se ven como propiedad de alguien que dirige sus destinos y controla sus acciones y deseos. También las niñas crecen pensando que no serán mujeres completas sin la unión con un hombre y la maternidad. Todo ello lo propicia el abandono de los estudios. Aunque el matrimonio infantil está prohibido, no impide que se unan informalmente”, añade. Y el confinamiento abunda en todo ello.

La respuesta de emergencia para la pandemia está desviando recursos sanitarios, según algunas de las expertas consultadas, lo que puede ocasionar, a su vez, un incremento de la mortalidad materna, habida cuenta de que estos partos son la segunda causa de muerte entre las adolescentes, por no hablar de los riesgos para el feto o el bebé. En circunstancias desesperadas se recurre a abortos de riesgo, que también ponen en peligro la vida de la gestante.

“Es verdad que en México hay un programa para la prevención de estos embarazos, pero no hay acciones prioritarias. Todo esto nos va a retrasar en el propósito de frenar este problema”, advierte Verónica Esparza, investigadora del Grupo de Información en Reproducción Elegida (Gire). “Se necesita una educación sexual integral, laica y científica para que las más jóvenes comprendan las implicaciones de un embarazo temprano”, añade. El 98% de las adolescentes conocen métodos anticonceptivos, pero solo un 21% dice haberlos usado y un 13,45% desconoce cómo se usan.