Cascada Noticias - Un medio con identidad
United Languages

Haz comunidad, consume local

Según defensores de esta manera de actuar, “nuestra compra diaria no es un acto privado sin consecuencias, es uno de los modos más potentes de contribuir al modelo de sociedad que queremos
Haz comunidad, consume local

Hasta hace no muchas décadas lo ordinario era alimentarse de los productos de la propia región donde se vivía. Frescos, de temporada, libres de conservadores y procesos artificiales que retrasan su maduración y prolongan su “vida” de anaquel.

 

Casi sin darnos cuenta, esto cambió a partir de la aparición de los grandes supermercados, muchos de ellos multinacionales, los cuales comercian con productos que han recorrido larguísimas distancias, a veces de un continente a otro, con todo lo que esto representa en cuanto a impacto ambiental (huella ecológica).

 

Esto empezó en las grandes ciudades, luego las medianas y ahora es tan común que hasta en las más pequeñas poblaciones se ha vuelto evidente la influencia de las cadenas multinacionales.

 

Según defensores de esta manera de actuar, “nuestra compra diaria no es un acto privado sin consecuencias, es uno de los modos más potentes de contribuir al modelo de sociedad que queremos”. Entre ellos se sostiene que por cada 100 pesos gastados en productos locales, cuando menos 46 regresan a la misma comunidad, mientras que son sólo 14 los que se quedan cuando se consume en tiendas de autoservicio.

 

Pero no son sólo razones económicas, sino también de salud, culturales, ecológicas y de convivencia las que argumentan los locavores, como se ha autodenominado esta tendencia en pro del consumo local.

 

Un locavore (de local y vore) puede traducirse como un devorador de lo local, término que se acuñó por primera vez en San Francisco, en 2005, en el Día Mundial del Medio Ambiente. Quizás en español la palabra exacta debiera ser localvoro, de manera semejante a como se le llama carnívoro al que se alimenta de carne, y herbívoro al que se alimenta de hierbas.

 

Entre los argumentos a favor del consumo local de alimentos, sus promotores esgrimen los siguientes:

  • Promueve una economía más equitativa, además que dinamiza la economía local y genera empleos.
  • La relación es más personalizada y fortalece los lazos de la comunidad; precios más justos y accesibles (se mantiene la posibilidad de regatear); productos más frescos y de mejor calidad (muchas veces orgánicos).
  • Al promover el consumo de productos agrícolasy silvestres de la localidad,se vincula al consumidor con el campo,y se estimula la protección del paisaje y la preservación de la biodiversidad.
  • También sostienen que al consumirse productos de temporada se cobra más conciencia del cambio de las estaciones, además que califican dichos productos de temporada como los más sanos, bajo el supuesto de que la naturaleza es el mejor “botiquín”, y ésta produce en cada lugar y estación lo más conveniente para nuestra salud.
  • Se reduce la intermediación y se benefician mejor los productores locales;
  • Se utiliza menos combustible al comprar productos cercanos a nosotros y desalentar los traslados largos de mercancías.

 

En síntesis, desde el punto de vista de este movimiento, los productos locales son más ecoeficientes, y en el caso de los alimentos saben mejor, pues son cosechados en su punto óptimo de maduración.

 

La otra cara

En este debate también existen críticas a los movimientos que defienden el mercado local. A nivel global, en internet pueden verse comentarios como el siguiente, que ejemplifican la variedad de puntos de vista:

“Ahora resulta que en los grandes almacenes no trabajan personas, que no pertenecen a su barrio, que no generan a su vez gasto que repercute en beneficio de otros (…)


¿Por qué tengo que comprar a un tendero si en el supermercado X encuentro el mismo producto a la mitad de precio? (…)Lo mejor del mercado es que haya competencia y libertad, y ningún tipo de intervención, simplemente unas reglas de regulación justas que se traduzcan lo más conveniente para el cliente”.

Desde este lado de la moneda, la competencia ofrecida por los supermercados (entre sí mismos y con relación al mercado local), suelen permitir que algunos productos sean más baratos que los ofrecidos por el comercio local, lo cual se esgrime como un beneficio para la población general.

También sostienen que la naturaleza de local de un producto no siempre es sinónimo de calidad, y se preguntan: si el producto local es de calidad inferior al externo, ¿por qué el consumidor debe comprarlo?

Lo que debiera ser un hecho es que todo supermercado e incluso cualquier negocio, sea local o foráneo, debe cumplir con el reglamento de imagen urbana y el uso de suelo correspondiente. Las autoridades deben hacer que se cumpla, y los ciudadanos vigilar que así se haga.

 

PUBLICIDAD: