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Exigen clausura definitiva de Laureles

El el contexto del incendio en el vertedero Los Laureles, la Asociación Civil, Un Salto de Vida hace un análisis de fondo sobre la problemática de este relleno sanitario.
Exigen clausura definitiva de Laureles

Así como se habla de la cultura de la piedra, de la cultura del bronce, de la cultura del hierro, hay alguien que ha llamado a nosotros, a la nuestra: la cultura de la basura, cultura de los desperdicios. Es muy posible que este denominador de nuestra era actual haya acertado. Algunos más optimistas nos llaman la época del átomo, la época del automóvil, la época del petróleo pero ciertamente lo que más nos diferencia de todas las otras épocas y de todas las otras culturas, lo que más preocupa y lo que verdaderamente más puede transformar radicalmente la posición de la humanidad en el presente es la basura.

Basura no solamente presente en forma de carros viejos que se apilan y se amontonan en las chatarreras, basura no solamente en forma de bolsas de plástico y en los famosos envases no retornables que no sólo han llenado nuestro pueblos sino que amenazan con llenar el mundo entero, basura en formas de veneno... lixiviados sueltos en las propias venas de nuestro territorio que envenenan la sangre de los seres vivos. Basura de todas clases de sustancias químicas por las cuales ya no podemos ni vivir, no cabe la menor duda la nuestra puede bien llamarse la civilización de la basura.

Cotidianamente y durante más de 50 años hemos sido expuestos a la contaminación de la tierra, el aire y el agua. Nuestros pueblos han sido sitiados y convertidos en zonas de sacrificio necesarias para el desarrollo de la ciudad. Nos han arrancado nuestra tierra y su río para convertirlos en territorios industriales, basureros a cielo abierto, drenajes para la industria y la zona metropolitana. Ese malhabido progreso para unos pocos se ha convertido en enfermedad, muerte y empobrecimiento para la mayoría que este territorio habitamos. Ahora resistimos con nuestro cuerpo a una muerte que no elegimos, que nos es impuesta. La dictadura de la normalidad nos hace dormirnos ante Los Laurales.

En el milenario pueblo de Tololotlán se juntan las fronteras de Tonalá, El Salto y Juanacatlán. Ahí, alejado de la cabecera municipal de Tonalá y a escasos 50 metros de El Salto. En la década de los 90’s, el Ayuntamiento de Guadalajara compró un terreno en esta zona y tuvieron la brillante idea inaugurar un basurero que más tarde llevaría por nombre “Los Laureles”, como una burla para el arroyo que en el pasado ofrecía alimento y aguas cristalinas. Esta primera fase del basurero no cuenta con geomembrana, provocando que los lixiviados se infiltren en la tierra, envenenándola y contaminando el agua subterránea, que después es extraída para abastecernos. Hoy como antes el arroyo corre atravesando Tololotlán, pasando por escuelas y casas, pero ya no lleva peces y agua bebible sino lixiviados que terminarán en parcelas de cultivo y en el rio Santiago.

Es en 1994 el ayuntamiento de Guadalajara concesionó el basurero a la empresa multinacional CAABSA y estableció un contrato para que ésta se hiciera cargo de la recolección y disposición final de residuos del municipio (Bernache, 2009).

En el 2008 se tenía marcado el fin de su vida útil. En julio de ese año, cansados de los olores nauseabundos, la contaminación y las enfermedades derivadas, los y las afectadas emprendimos una caminata desde la plaza de El Salto hasta la entrada de Los Laureles. El entonces gobierno de Emilio Márquez respondió a nuestro reclamo: enviando perros entrenados, antimotines y alrededor de trecientos pepenadores (inexistentes en el basurero hasta antes de ese día) a confrontarse con las cuatrocientas personas que entre señoras, niños y ancianos, exigíamos el cierre del basurero. CAABSA por su parte colocó un letrero que amenazaba con que su vida útil no terminaría sino hasta 30 años después, escudándose no en su posibilidad de manejar los residuos de forma adecuada sino en los convenios y en la impunidad ofrecida por gobiernos municipales y estales.

En 2016 Enrique Alfaro siendo alcalde de Guadalajara, firmó nuevamente un convenio con CAABSA por 15 años más, sin que la empresa haya presentado un estudio técnico que determinase la capacidad de seguir recibiendo basura y con una clausura parcial, pues se habían expandido sin permiso. A sabiendas de esta situación, Alfaro amplió el convenio.

En la administración pasada CAABSA presentó ante la SEMADET (Secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial) una solicitud para expandirse otras 27 hectáreas. Solicitud que le fue negada por no presentar los estudios complementarios que demostraran que su operación y expansión no generaría daños al medioambiente. Esa solicitud de expansión podría volver a presentarse al actual gobierno.

Según la SEMADET actualmente se generan a diario 7 mil 473 toneladas de residuos sólidos urbanos en el estado de Jalisco. Alrededor de 3,500 toneladas provenientes de la Zona Metropolitana de Guadalajara terminan en Los Laureles. Pero no son sólo residuos domésticos, se agregan a estas cifras residuos industriales y de manejo especial, infringiendo con esto las normas ambientales NOM-052-SEMARNAT-2005 y la NOM-161-SEMARNAT-2011.

En esta continua historia de malos manejos CAABSA ha vuelto a demostrar su insostenibilidad con el incendio que según la SEMADET inició el lunes 15 de abril por la madrugada. Quienes habitan las cercanías del basurero aseguran que los incendios son constantes y provocados, usados para aminorar las montañas de basura. Aseguran también que el incendio inició desde el jueves, pero no escaló a la superficie sino hasta la madrugada del lunes.

Durante cinco días que el incendio fue superficial estuvimos sumidos en una nata de humo tóxico. Ante una emergencia ambiental de esta magnitud tanto autoridades estatales como municipales debieron activar un protocolo de seguridad para la población. Los fraccionamientos, pueblos y colonias cercanas debieron ser evacuados. Su única respuesta retardada fue dar cubrebocas infuncionales. En un vertedero de ese tipo hay plásticos, metales, pilas, residuos industriales y peligrosos. Con la presencia de estos materiales se generan dioxinas y furanos, tales sustancias tóxicas contienen clorina, soluble en grasas y aceites, por lo que al inhalarlos se depositan en los tejidos de seres vivos. La exposición a estos contaminantes tiene impactos considerables sobre la salud ya que puede afectar órganos como el corazón, hígado, piel, glándula tiroides y desde luego los pulmones.

Los efectos inmediatos a la salud producidos por estos contaminantes se hicieron evidentes en desde el inicio del incendio: ardor en los ojos, irritación de las vías respiratorias y exacerbación del asma, riesgos de aborto, entre otros. Pero también padeceremos los efectos causados en el mediano y el largo plazo: enfisema pulmonar, cáncer, disrupción endócrina, espina bífida, malformaciones y alteraciones neuroconductuales.

La empresa siguió operando sin interrupción en Los Laureles a pesar del incendio y la declaratoria de emergencia atmosférica y de contingencia en el lugar. La Ley de Gestión Integral de Residuos del Estado de Jalisco señala puntualmente en el Artículo 85:"Cuando se ocasione un daño o represente un riesgo inminente de desequilibrio ecológico o deterioro grave a los recursos naturales; contaminación con repercusiones peligrosas para los ecosistemas, sus componentes o para la salud, en las actividades de acopio, recolección, almacenamiento, transporte, procesamiento, reciclaje, tratamiento o disposición final de residuos; las autoridades competentes podrán fundada y motivadamente, imponer las siguientes medidas de seguridad:

III. Clausurar temporal, parcial o totalmente las instalaciones en que se manejen o se preste el servicio correspondiente que den lugar a los supuestos a que se refiere el primer párrafo de este artículo;

IV. Suspender las actividades, en tanto no se mitiguen los daños causados.”

Enrique Alfaro en un intento por proteger a la empresa se reunió con el director de CAABSA mientras el incendio se mantenía activo. Presumió en sus redes sociales haber tenido una junta muy productiva, para "entrar a lo que los gobiernos anteriores nunca hicieron para minimizar riesgos en incidentes en el relleno sanitario de Los Laureles". No se habla de multas, sanciones, o clausuras. Hasta ahora tampoco no se ha dado información sobre el peritaje para esclarecer las razones (oficiales) del incendio.

Por múltiples omisiones y no actuar según los protocolos establecidos, el día 18 de abril se interpuso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y la Comisión Nacional, en contra de los funcionarios públicos. Así mismo se realizó una denuncia popular ante la PROEPA donde denunciamos a CAABSA, a Enrique Alfaro, a la SEMADET, a los ayuntamientos de Guadalajara, Tonalá, El Salto y Juanacatlán.

Nuestra postura sigue firme desde hace 11 años:

Exigimos la clausura definitiva del basurero a cielo abierto Los Laureles, porque de no hacerlo significaría aceptar la devastación medioambiental, la enfermedad y la muerte prematura que se nos impone. ¿Deberíamos exigir menos que una vida digna y un medioambiente sano?

Los megabasureros metropolitanos no son una opción viable. El alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, propuso volver a Picachos en basurero metropolitano. Este ya recibe las 1,200 toneladas diarias de basura de Zapopán, ¿cómo van a tener capacidad de manejar más residuos si con el manejo de los propios, incumplen la legislación y afectan la salud de las personas y del ambiente? Continuaría perpetrando el despojo de la vida a los pueblos de la barranca, que desde hace más de una década han denunciado el escurrimiento de lixiviados a la cuenca del río Milpillas.

La legislación federal y la estatal en materia de residuos, establece que es responsabilidad del gobierno del estado y de los ayuntamientos municipales el manejo integral de los residuos sólidos urbanos y de manejo especial. Lo que incluye haber previsto que la vida útil del vertedero terminaba en 2008, tras lo que según la ley, debería haberse cerrado y es fecha en que todavía las autoridades no tienen un plan alterno. Es importante recalcar que este basurero es privado. Los gobiernos municipales han decidido dar contratos millonarios a la empresa CAABSA EAGLE para recolección y disposición final de residuos, esto a pesar de las múltiples irregularidades y malos manejos que ha tenido en nuestro territorio desde su llegada. Las autoridades municipales no han hecho sino encubrir y solapar los daños. Ante el silencio de los alcaldes de El Salto y Juanacatlán, y la postura blandengue del de Tonalá, se les envió un oficio solicitando una reunión, para que nos informen no sólo de su postura ante los hechos sino su plan de acción.

Según la ley de participación ciudadana tienen ocho días hábiles para responder a nuestra solicitud, día que se cumple el día 14 del presente mes.

En Jalisco, la separación de los residuos en la fuente y la recolección diferenciada, son obligatorias y no se hace. El 53% de residuos son orgánicos, si estos fueran composteados se convertirían en tierra y abono para fertilizar nuestras tierras y cultivar árboles. Ahora, por malos manejos, sólo representan enfermedad y contaminación. Solo el 25% de residuos sólidos deberían para en un sitio de disposición final, pues el otro tano restante se puede reciclar. Esto podría cambiar si los ayuntamientos municipales se hicieran cargo de los residuos como indica la ley. Tenemos un sistema arcaico de manejo de residuos que debe cambiar urgentemente.
Aclaraciones varias:

Nuestro actuar es colectivo y es motivado por la memoria y el amor que tenemos a nuestros pueblos, a nuestra familia y amigo que aquí habitan. Ninguno de las y los que formamos parte de Un Salto de Vida tenemos o buscamos un puesto gubernamental. Esto puede corroborarse a través de una solicitud de información al cualquiera de los tres niveles de gobierno.
NO estamos en contra de ustedes: trabajadores y trabajadoras de Los Laureles. Estamos contra los malos gobiernos que encubren con total impunidad el crimen de CAABSA. Sabemos que muchos, en su gran mayoría, habitan en estos pueblos y que los daños de la salud son aún peores para ustedes que están cotidianamente ahí, con un trabajo precarizado.
Hace 11 años nos convocamos para alzar la voz, organizarnos y luchar. Hoy nos encontramos y decimos ¡YA BASTA! Estamos decididos a no seguir muriendo y enfermando por esta depredación impuesta. Lucharemos juntas por una vida sana y digna, por nosotros, por nuestros hijos, por nuestros nietos, por todo lo que aquí habita.

¡Tierra, agua y aire limpio para nuestros pueblos!

Sobre Un Salto de Vida AC:

“Somos pobladores de los municipios de El Salto y Juanacatlán, Jalisco, que decidimos organizarnos tratando de encontrar respuestas a la depredación ambiental impuesta que sufrimos; por acción u omisión de las empresas y los gobiernos”

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